martes, 3 de mayo de 2011

Psicodrama y teatro

El otro día estuve viendo una obra teatral y esto me dio en pensar la relación que hay entre el psicodrama, técnica terapéutica, y el teatro, arte escénica expresiva.
Lo más evidente son las grandes diferencias entre ambos mundos:
Ø El propósito del psicodrama es el autoconocimiento y cambio personal, mientras el del teatro es  el entretenimiento y, si acaso, la denuncia social.
Ø El psicodrama es esencialmente un proceso personal del protagonista, mientras el teatro se dirige a un público de espectadores, normalmente pasivos. En psicodrama incluso el público acaba siendo participante activo.
Ø En el teatro interesa la perfección interpretativa en la representación de una obra, culturalmente significativa, conserva cultural, en el psicodrama interesa el proceso creador de una experiencia viva, siempre nueva, in status nascendi.
Ø En el teatro se ensaya hasta su correcta preparación, en el psicodrama se improvisa desde la espontaneidad de la emoción.
En fin, podría extenderse mucho más esta lista de diferencias, pero lo que ser espectador de una representación teatral, me trae, en este momento, son las similitudes; traer desde el mundo de la imaginación una realidad no presente para actualizarla en el momento presente y evocar una vivencia nueva, y es que, no en vano, el propio Moreno, llego al psicodrama desde el teatro de la espontaneidad, precisamente, en el hallazgo casi fortuito, del efecto “terapéutico” que se podía observar en la representación espontánea de vivencias cotidianas, surgió para Moreno el concepto de psicodrama proceso terapéutico.
Algunas semejanzas que se me ocurren y que pueden enriquecer mutuamente, teatro y psicodrama:
Ø En ambos la acción arrastra a pensamiento y emoción para dotar de credibilidad y valor a la escena.
Ø La construcción dramática y la riqueza expresiva.
Ø La elaboración personal que, en ambos casos, realiza el público y las resonancias vivenciales que puede despertar la representación.
Ø La proyección social de la elaboración dramática, evidente en el teatro y en el psicodrama en su variación como sociodrama.
Tradicionalmente ha sido muy frecuente el uso de películas comerciales como recurso formativo de psicólogos y terapeutas, igualmente, en el caso de la formación de psico-socio-dramatistas, me parece que realmente es enriquecedor el uso de representaciones teatrales, pienso que la asistencia colectiva a representaciones teatrales resultaría de gran interés en la formación de cualquier escuela de psicodrama, asistencia seguida de su correspondiente período de elaboración en grupo.
En ambos sentidos es enriquecedor, para los actores la vivencia del psicodrama y para los psicodramatistas la experiencia teatral. Lo que es una buena idea para recoger en las diferentes escuelas.

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