Hoy me siento persona, persona relacional, en mi vida relacional soy un ramillete de “Roles” cambiantes, en cada momento me relaciono, con mi entorno, con unos y otros, conmigo mismo y lo hago recurriendo a cada uno de los roles que he ido juntando en mi florido ramillete de roles.
Pero mi problema es que algunos de estos roles, espero que no todos, se han congelado, en algún momento del pasado adquirí el rol de una forma y de algún modo, probablemente porque es lo que me fue más fácil, el rol se fue haciendo cada vez más consistente y sólido, fue adquiriendo consistencia y finalmente se congeló o incluso se petrificó. Ahora soy esclavo de estos roles petrificados y, me pregunto, ¿estaré condenado a repetirlos eternamente?
Espero y confío que no.
Me reconozco en algunos roles congelados, desde el rol primigenio de respirador, anteriormente comentado, que me sujeta a una respiración superficial, rápida, que se acompaña de la angustia de tomar el próximo aliento, hasta los roles que me ponen en relación mediante los papeles básicos adquiridos, quien sabe cuando, rol de trabajador ejemplar, rol del responsable que alcanza a controlarlo todo, rol del amante fiel, rol del padre protector, … Oh, cuantos roeles y de que modo tan rígido traslado a situaciones tan diferentes.
Desde mi rol optimista intuyo que estos roles, en su actual forma, sólo estén congelados, no petrificados, al fin lo congelado puede descongelarse y volver a fluir, la sólida roca solo la podemos dinamitar para quitarla del medio y comenzar una nueva construcción.
La escena psicodrámatica, hasta ahora, me ha aportado ocasión única de ser consciente de los roles que pueblan mi particular ramillete y de cómo algunos de ellos se han hecho rígidos, congelados, hoy me doy cuenta de la necesidad vital de continuar mi particular elaboración en la búsqueda del rol diferenciado, flexible, adaptable con capacidad de fluir para adaptarse a cada momento relacional y aportar la más gratificante posible experiencia de cada encuentro relacional, para mi y aquellos que compartan cada uno de ellos.
En este camino, por hoy, decido retornar al rol primigenio, al rol respirador para avanzar en su fluencia dinámica y adaptable.
Muchas Gracias a todos cuantos han compartido mis escenas psicodramáticas.
Me ha sorprendido esta visión de los seres humanos como actores ejecutando sus roles ya aprendidos de modo fijo, me gustaría llegar a compartir la esperanza del autor sobre al capacidad de hacer nuestros roles más adaptables, a mi modo de ver se trata no solo de cambiar el rol a otra forma si no de hacer el rol flexible para que en cada caso se pueda adaptar a cada situación quizás sea caer en una clase de inconstancia e inestabilidad el rol flexible, cambiante pierde su esencia de rol y pasa a ser improvisación con la que quizás sería muy difícil relacionarse.
ResponderEliminarNo puedo estar de acuerdo con la importancia que se quiere dar al rol. El supuesto rol no es más que expresión de la personalidad básica de cada persona que se manifiesta de un modo uniforme y constante en todas y cada una de las circustancia de interrrelación personal, la idea de rol no es más que una enteleqia sin fundamento que estorba a la autentica comprensión de como y porque actuan las personas.
ResponderEliminarPor lo menos esta es mi idea.
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ResponderEliminarRespecto al comentario anterior realizado por "anonimo", hay que entender que en la vida todos desarrollamos roles, en mi opinión veo que siempre que nos relacionamos con otros lo hacemos desde un papel y aqui me parece muy importante como nos influyen los roles de género que tanto condicionan y limitan nuestras posibilidades especialemnte las de las mujeres en una sociedad dominada por la cultura machista.
ResponderEliminarPara superar estas discriminaciones es fundamenta saber flexibilizar los roles.