Experimentando los roles más básicos que todos desarrollamos encontramos, como rol primigenio, el “Rol Respirador”; primigenio por cuanto es el Rol inicial que nos da el primer contacto con el mundo, rol que, además, nos acompaña toda la vida.
A partir de este contacto inicial con la vida, el desarrollo nos confronta con diferentes conflictos vitales que, de algún modo, se van resolviendo y, al resolverse, nos dotan de nuevos Roles para “manejarnos” en situaciones nuevas.
Los primeros pasos en la vida nos confrontan con los grandes dilemas vitales y su personal resolución es lo que da lugar a la adquisición de los roles que damos en llamar básicos.
Una vez que instalados en el Rol Respirador, afrontamos el primer estadio evolutivo, adquirir conciencia de sí mismo. Resolvemos el modo básico de ser y actuar en el mundo, es el ser frente al no ser, sentir que “se es todo” frente a sentir que “se es nada”, es el momento en el que se abre paso el rol diferenciado de sí mismo, la adquisición del rol diferenciado de la madre y del entorno que nos otorga nuestro modo de expresar el sí mismo personal unido a la primera posesión vital el nombre propio.
Este desarrollo del rol diferencial es el primer paso en la constitución del YO sujeto inserto en el mundo relacional. Del mismo modo la adquisición del Rol Diferenciado es el primer paso en la formación del psicodramatista, así lo estableció el propio Moreno en su programa original para la formación en psicodrama.
El segundo estadio en el camino evolutivo tiene que ver con el control del entorno, la capacidad de actuar sobre el entorno para no perecer en el caos de sus vaivenes. Primero adquirimos una conciencia del mundo cambiante a través de la percepción de los seres que nos satisfacen, a veces presentes y, a veces ausentes, es la madre mágica que se hace presente o se hace ausente de modo caprichoso y mágico, pronto se adquiere conciencia de cierto grado de control, igualmente mágico, sobre esas apariciones y con ello comienza el ejerció del poder que nos trae la temática de los roles de poder, capacidad de acción y de control sobre el entorno, que trasportan la temáticas básicas de la omnipotencia y la castración.
Así se adquieren los roles de omnipotencia y dominio y sus antagónicos de castración sumisión al otro.
Conforme este estadio se resuelve, mediante el apropiado juego de los opuestos, alcanzamos el estadio de la soledad armonica o tranquilizadora en la que entran en juego nuevos roles vinculados a la temática de la inclusión y la exclusión. Ahora ya podemos mantener el equilibrio y desarrollar nuestras “tareas” aunque, estrictamente, no esté presente aquello o aquel que necesitamos.
Este estadio nos abre el camino para la última fase del desarrollo relacional, la fase de interrelación con los otros como iguales o, de intercambio productivo, en la que desde nuestra autonomía desarrollamos el rol proveedor - recogedor, desempeñando nuevos roles que trasportan la temática de la aceptación o el rechazo de los otros y ante los otros; y de la expresión en el rol de la autoestima propia y del respeto por los otros.
Así experimentamos una progresión de los roles básicos paralela a los estadios evolutivos, desde el nacimiento, con el primer desempeño del rol respirador, hemos experimentado una progresión a lo largo de cuatro estadios evolutivos que generan los roles básicos personales que constituirán la base de nuestra personalidad:
4.- Roles vinculados a la Aceptación – Rechazo.
3.- Roles de la pertenencia, Inclusión – Exclusión.
2.- Roles del poder, Omnipotencia – Castración.
1.- Rol básico del Ser frente al no Ser diferenciado.
A partir de estos roles básicos y, dependiendo de cómo se hayan adquirido, viene el desarrollo de todo el conjunto de roles que vamos incorporando, asimilando, en nuestra existencia.
La potencia del psicodrama reside en su capacidad, única, para movilizar y recomponer todos estos roles, tanto desde arriba hacia abajo, como desde abajo hacia arriba.
Experimentad y creced.