domingo, 30 de junio de 2013

Sinopsis Entrevista a Mónica Zuretti, 1985

Revisando viejos documentos nos topamos con esta pequeña joya, la entrevista a la Drª Mónica Zuretti, publicada en el número 9 de la revista de Psiquiatría y Psicología Humanista en 1985. Por su actualidad, pasados más de 27 años, y lo clarificador de conceptos clave del psicodrama desde su privilegiada posición de discípula formada directamente con el Dr. Moreno, nos parece interesante presentar algunas de sus reflexiones en esta entrevista.

Dra. Zuretti, ¿podría definir lo que es el Psicodrama?

Hay cierta confusión en cuanto al término:
  • Es una técnica dentro de un método.
  • Encuadrado dentro de la teoría de roles y la sociometría.

Moreno concebía al hombre como un ser vincular; su Yo y su individuación está basado en la vincularidad.
  • El Yo es posterior al desarrollo de los roles psicodramáticos.
  • Vida, muerta, salud y locura dependen de esta interrelación.
  • Es necesario trabajar a partir de la vincularidad inserta en un proceso espontaneo y creativo donde el vínculo tendría sentido para desarrollar los polos de la relación.

Tal y como lo concibió Moreno el Psicodrama es una técnica terapéutica dirigida a todos los aspectos de la vida.

Si alguien ha enfermado, ha internalizado un modelo de vínculo que le dificulta su acción en el aquí y ahora.

¿Cómo llegó al psicodrama?

Soy médico, a raíz del trabajo en pediatría con grupos de madres encontré el psicodrama.

Formé parte de la Asociación de Psicodrama en 1964-65 y en 1969 me beco Moreno para estudiar con él en EEUU.

Tuve ocasión de ser la primera sudamericana que completo su formación en el instituto con él.

Paralelamente y después del inicio en el psicodrama me formé en la Asociación Psicoanalítica de Argentina.

¿Qué opina de la evolución actual del psicodrama? [1985]
  • De Rojas Bermúdez pienso que su aporte teórico fundamental es el esquema de roles y el empleo del objeto intermediario.
  • De la escuela de psicodrama analítico la introducción del trabajo con el inconsciente es fundamentales con el trabajo de Pavlowsky, Kesselman, Moccio, Carlos Martínez…
  • En Inglaterra Marroni realiza un trabajo simultáneo entre grupo-análisis y psicodrama de gran interés. En Barcelona el psicodrama freudiano de Leonardo Satne.
  • También es de gran importancia el psicodrama en Alemania el trabajo moreniano por excelencia de G. Leuch.


El encuentro de psicodrama en Buenos Aires en 1985 surge de la necesidad de encontrar los puntos de coincidencia y a partir de ahí es necesario, también, disentir.

Tras pasar demasiado tiempo pensando en lo que nos diferencia es necesario encontrar un idioma común.

En su momento se pelearon Moreno y Perls, nosotros heredamos la pelea pero en el fondo creo que debemos superar la disputa. [Lo cual 27 años después, parece todavía vigente, las peleas con Perls, con Freud, Jung… algún día tendremos que ver más allá de las diferencias lo que va completando el conocimiento sobre el ser humano vincular.]

¿cómo delimitaría el rol de director y el de yo auxiliar en psicodrama?

La figura del director debe ser la de un coordinador; pero con la posibilidad de tener constantemente en cuenta la auto-lectura de su situación.

El director lo es sólo cuando produce una escena dentro de sus posibilidades.
Cuanto más trabajo y experiencia lleve, más integrado estará dentro del grupo.

Es un facilitador, un catalizador de situaciones que favorecerá la expresión con la menor intervención posible.

En definitiva se trata de que el director se ocupe de la búsqueda del rol originario en conflicto, lo que llamamos, la escena nuclear conflictiva. Que debe ser encontrada por el protagonista por sí mismo.

Toda la resolución posible debe estar dada desde la inversión de roles, la compresión profunda del rol del otro.

Ahí no debe intervenir el director: solo si uno se calla y deja que el protagonista salga y el grupo lo elija, va a ser posible la producción grupal.

Sigue…


sábado, 29 de junio de 2013

Cambio de Rol <----> Cambio Terapéutico


El poder del Cambio de Rol


Está bien establecido y es comúnmente aceptado que el “Cambio de Rol” a lo largo del desarrollo de la escena psicodramática constituye el mayor potencial y poder de cambio terapéutico en el psicodrama mismo y en la terapia Psicodramática.

Cada escuela de psicoterapia se apoya en un proceso de cambio propio. En la terapia se actúa de diversas maneras para promover el cambio terapéutico, aquello que hace que la persona tome conciencia de alternativas y nuevas formas de afrontar determinados problemas y encontrar sus soluciones. Para lograr tal resultado cada escuela usa mecanismos, medios, métodos particulares que tratan de poner en marcha el proceso de cambio postulado por su propia teoría.

Así, por ejemplo, en el psicoanálisis clásico, el proceso de cambio subyacente es la elaboración analítica del material que aporta el paciente en la terapia, esto es lograr un nuevo significado para las ideas, preocupaciones, emociones, relaciones o acciones del paciente.

En la Psicoterapia Centrada en el Cliente, el proceso de cambio es de tipo narrativo, la propia narración del Cliente es la que hace descubrir las potencialidades no actualizadas del Cliente y liberar su potencial para el cambio auto-curativo.

En la Psicoterapia de tipo Gestáltico, el proceso de cambio se basa en la sucesiva entrada y salida del foco de atención de cada problema para poder observar las figuras relevantes en relación con su fondo en cada curso de acción.

Por su parte en la Terapia Cognitivo Conductual, es el cambio de las condiciones antecedentes y consecuentes de las conductas problemáticas lo que conseguirá cambiar esas conductas que incapacitan, causan daño y sufrimiento.

En nuestro caso, en el psicodrama el más poderoso mecanismo de cambio es el que se pone en marcha a través del “Cambio de Rol”, siguiendo las ideas de Moreno, es cuando me pongo en los zapatos del otro y tomo sus ojos para ver con ellos y al mismo tiempo le doy mis ojos para que pueda ver como yo veo, es cuando la escena cambia completamente. Mi “material” y su “material” cambian de lugar y adquieren un nuevo sentido, mi narrativa y su narrativa se combinan para generar una nueva narrativa integrativa de una nueva realidad que es el tu y yo relacional se hacen figura sobre un nuevo fondo, figura que es completa y compresiva de la realidad total, en la que las condiciones de la conducta tienen una nueva lectura y un nuevo efecto que necesariamente conlleva al ajuste de las consecuencias y su reinterpretación.

Ciertamente el Cambio de Rol dentro de la teoría clásica Moreniana, es un mecanismo de cambio muy poderoso que puede integrar muchos de los mecanismos postulados y usados en otras teorías de la Psicoterapia.

Pero desarrollar, de modo apropiado, el Cambio de Rol de modo intensivo a lo largo de la dramatización no es tarea fácil. Se hace lento y puede ser pasado, ya que implica una cuidada sistemática para que cada rol sea introducido desde su ejecución.

En el desarrollo del psicodrama es fuerte la tentación de abreviar y tomar el atajo de la explicación del rol en lugar de la ejecución del rol. Pero, no es lo mismo, será más rápido, pero no es igual y no tiene el mismo efecto.

Por eso se hace necesario tomarse el tiempo necesario y dejar que las escenas se monten,   organicen y desarrollen, a su ritmo, desde el protagonista dando tiempo suficiente para que pueda introducir el personalmente y desde su actuación todos y cada uno de los roles que van a participar.

No basta que el protagonista desde su puesto nos explique cómo es el rol de quien es llamado a intervenir para que seguidamente lo represente un Yo Auxiliar, esto puede dar la falsa apariencia de que el psicodrama se organiza de modo efectivo, el Yo Auxiliar puede comprender muy bien el rol asignando y hacer una interpretación escénica impecable, pero la interpretación escénica, por buena, emotiva y bella que sea no es lo que propiciará el cambio en el protagonista, lo que es al fin, el propósito del psicodrama.

Al hacer que el protagonista salga de su propio papel, tenga un movimiento real y físico para adoptar otra posición y desde ella muestre como actúa cada nuevo personaje, estamos comenzando a tener terapia, el protagonista no solo nos está mostrando como es el personaje sino que ya desde este momento está tomando su posición y percibiendo algo nuevo desde el punto de vista del personaje, algo que muy probablemente nunca antes había tenido ocasión de sentir. Es que ya está percibiendo y sintiendo como actúa esta persona y empezando a ver la realidad desde sus zapatos y con sus ojos.

 Y si en la introducción de cada persona en la escena psicodramática es importante que la realice el protagonista no simplemente explicando el rol, sino mostrando como es, aún es mucho más importante en todo el desarrollo de la escena psicodramática.

Es frecuente y una gran tentación dejar que el protagonista desde su rol aporte explicaciones sobre lo que hizo o debería haber hecho uno u otro de los participantes, fácilmente el Yo Auxiliar puede tomar al vuelo estas indicaciones e incorporarlas en la escena con gran realismo y fuerza dramática, pero ¿es esto terapéutico? Más bien no o al menos débilmente terapéutico.

Por el contrario, es un esfuerzo de dirección, quizá la mayor habilidad del Director de Psicodrama, ser capaz de modificar estas explicaciones, pidiendo sistemáticamente y de modo continuo al protagonista que deje su Yo Auxiliar en su lugar de la escena y que pase a ocupar cada uno de los roles para mostrar lo que piensan sienten y actúan de un modo completamente integrado y desde sí mismo. Esta fórmula es útil en la introducción de los personajes y preparación inicial de la escena.

Pero conforme avanza el Psicodrama, hay otro aspecto práctico importante en el desarrollo Clásico Moreniano, es como abordar el cambio de rol en la elaboración del núcleo conflictivo de la escena. En este caso, cuando el psicodrama profundiza en la escena, se han introducido los roles y se ha establecido al dinámica de relación e interacciones entre los distintos roles, normalmente nos centramos en las interacciones más nucleares del conflicto subyacente.

Seguimos apoyándonos intensivamente en el cambio de rol. Pero en este puto tenemos dos alternativas técnicas que dan lugar a un desarrollo y resultado diferente, podemos conducir el psicodrama de dos modos:

A) Como en la introducción de roles, en la interacción del protagonista con los otros roles, realizamos el cambio de rol, haciendo que el protagonista asuma el rol de la otra parte y dejando al Doble Auxiliar del Protagonista en su lugar mientras el Yo Auxiliar observa desde fuera para luego reproducir la acción mostrada.

B) Se realiza un cambio de rol completo, el Protagonista asume el rol del otro mientras el Yo auxiliar que lleva ese rol toma el rol del protagonista, a su vez el Doble Auxiliar del Protagonista acompaña y presta soporte emocional al protagonista en el rol que asume participando de la vivencia del protagonista desde el rol auxiliar.

Quizá pueda parecer una diferencia sutil de poco impacto ya que al fin lo importante es que el protagonista asuma el rol de la otra parte. Pero la realidad nos muestra que tiene un impacto más importante de lo que puede parecer y que tal y como introduce Moreno la segunda forma es mucho más eficaz y coherente, con mayor poder terapéutico ya que el intercambio completo de rol es lo que mejor ayuda a ver la situación desde el otro punto de vista.

En el segundo caso realmente se da el cambio completo, te doy mis ojos y tomo los tuyos, en el primer caso se da un cambio incompleto, tomo tus ojos y te aparto a un lado.

En apoyo del primer método puede parecer que sea más fácil, evita confusiones de rol cada Yo auxiliar esta siempre en su sitio y es el protagonista el único que se “pasea por los roles haciéndose cargo de las diferentes posiciones por sí mismo. Pero realmente falta el cambio de rol completo para el que se requiere que cuando Yo asumo el rol del otro, a la vez, el otro asuma mi rol, así puedo experimentar la asimetría de la relación desde ambas posiciones ya que no es sólo que Yo vea lo que el otro hace, necesito a la vez ver como el otro puede y de hecho ocupa mi espacio y como actuaría él desde mi posición. Este es el verdadero y pleno poder terapéutico del psicodrama, el reajuste que se produce al intercambiar los roles.

martes, 18 de junio de 2013

Roles Auxiliares No Profesionalizados



Seguimos a vueltas con la participación de los roles o Yo Auxiliares no profesionalizados en grupos terapéuticos naturales, seguimos experimentando cómo supone una dificultad de especial relevancia durante gran parte del desarrollo de los grupos. En nuestra experiencia nos cuesta mucho esfuerzo y muchas sesiones llegar a que el psicodrama en el que intervienen exclusivamente roles auxiliares del propio grupo natural, que no han sido entrenados, realmente comience a rodar fácilmente.


Ya en el comentario del 27 de febrero, que tuvo su segunda parte el 17 de mayo de 2012, reflexionamos sobre esta dificultad y aportamos lo que entonces eran nuestra visión, unos meses después, con otra experiencia acumulada, nos parece interesante volver sobre el tema con una visión quizás más pragmática sobre cómo hacer para favorecer el proceso.


Lo cierto es que pese a considerar las posibles ventajas de los roles auxiliares entrenados, o profesionalizados, la realidad es que frecuentemente, en los grupos de terapia naturales, no es posible contar con “profesionales del rol titulados”, no teniendo más alternativa que recurrir a los propios miembros del grupo para desarrollar todos los roles, desde el doble del protagonista hasta los roles más abstractos e inmateriales, aunque esto también aporta importantes ventajas de las cuales nos gusta destacar que realmente nos comprometemos con una terapia de grupo con el grupo y para el grupo, siendo el modo más efectivo de lograr que el psicodrama sea la terapia del grupo en el mejor de los sentidos propuesto por Moreno.


Tal y como comentamos en las anteriores reflexiones se hace necesario cierto entrenamiento de todos los miembros del grupo en el desempeño de roles, entrenamiento que realizamos en el grupo y forma parte de su desarrollo; en su momento proponíamos determinados juegos preparatorios con el desarrollo de pequeñas escenas o viñetas que ayuden a entender la dinámica del desempeño del rol y a coordinar la acción desde las indicaciones del Director (consultar entrada del 17 de mayode 2012).


Pero tal y como lo venimos experimentando esto, aunque necesario, no es suficiente, consideramos esencial cuidar la preparación y adoctrinamiento necesario de quien es llamado a representar un doble del protagonista o un rol auxiliar, en el momento en que ya es incorporado a un psicodrama completo.


Los riesgos constatados en la ejecución por parte de los roles auxiliares naturales son fenómenos tales como la distorsión del contenido y de las emociones asociadas, la invasión del rol, la sobreactuación, la contaminación del rol desempeñado con roles propios, la confusión del rol desempeñado con otros presentes en la escena, la distracción y extravío en la situación, la usurpación del rol del director, la intromisión de indicaciones y consejos para el protagonista, etc. Son muchas las posibles interferencias, lógicamente el Director estará atento para reconducir cualquiera de estas alteraciones, pero no siempre es fácil y desde que se presentan entorpecen el desarrollo del psicodrama, en el mejor de los casos lo hacen más lento y frecuentemente pueden llegar a bloquearlo sin que el director pueda manejar a la vez la dirección de los roles auxiliares, del protagonista y de la propia acción del psicodrama en curso.


Es por ello que consideramos muy importante anticiparse a cualquiera de estos problemas dedicando a tal fin un cuidado y tiempo especial en la incorporación a escena de cada uno de los roles auxiliares que van siendo elegidos por el protagonista. Es importante empezar bien para que luego la escena fluya bien.


Para ello proponemos una técnica adecuada para la incorporación de roles auxiliares a la escena a través de la cual queremos hacer tres cosas:


   1.- La insaculación del Rol.

   2.- Dar una Directriz genérica para la acción.

   3.- Sintonizar la Empatía del auxiliar con la escena protagonista.


De un modo u otro el Director debe saber trasladar o más bien implantar estas directrices en la incorporación de cada rol a la escena. En los 30 a 60 segundos que puede durar la incorporación de todos y cada uno de los roles auxiliares el director debe ser capaz de incorporar estas tres cosas.


Un ejemplo de cómo hacerlo:


Director: Quien podría representar el papel de Don Antonio.


Protagonista: …Hum… podría ser Manuel…


Director: Por favor Manuel, estaría bien para ti hacer el papel de Don Antonio.


Manuel: Esta bien… lo podría hacer.


Director: Bien acércate aquí. Ahora vas a desempeñar el papel de Don Antonio. [Realmente] Vas a ser Don Antonio (insaculación del rol). Por un momento deja a un lado tu propio modo de ser, ahora serás Don Antonio a todos los efectos, pensarás y sentirás como él (directriz genérica de actuación). Pero no sabemos como actúa Don Antonio, para que puedas ser Don Antonio, Juan [el protagonista] nos va a mostrar como actúa Don Antonio, observa atentamente como nos lo muestra Juan y trata de sentir las emociones que nos trae Juan y las que siente Don Antonio (Sintoniza la empatía).


Director: Juan, por favor, nos puedes mostrar cómo actúa Don Antonio, toma su rol y muéstranos cuál es su respuesta a esta situación, por favor, sitúate en el lugar que ocupa Don Antonio y muéstranos como es su respuesta. Manuel percibe atentamente la actuación de Don Antonio.


Juan: ejecuta el rol de Don Antonio… (con las indicaciones precisas del director hasta su conclusión)


Director (dirigiéndose a Juan): Bien Don Antonio, por favor, ocupe su lugar en la escena realice su actuación tratando de sentir como se siente Vd. respecto a esta situación y como se siente Juan al respecto (reiteración para sintonizar la empatía). Juan ocupa tu posición y desde ahí veamos lo que sucede.


El gran desafío del Director es trasmitir toda la fuerza del rol en una concisa y muy breve intervención pero de una importancia crucial para que el rol auxiliar “entre” realmente en su papel.

lunes, 17 de junio de 2013

Una Cometa que se Eleva


Este Blog se inicio el 25 de abril de 2011, hace poco más de dos años.

Dos días después lanzamos nuestro “Mensaje en una Botella” al ignoto océano de las ciber-redes. Hoy dos años y casi dos meses después queremos elevar una cometa al cielo manteniendo el mismo espíritu del compartir psicodramático, para decir “aquí estamos” y estamos dispuestos a seguir pensando el psicodrama en nuestras vidas y consecuentemente en nuestra práctica profesional, con un hilo tendido al que sumarse cualquiera que quiera compartir con nosotros desde su propio ser.

Por diferentes motivos el blog se interrumpió, o más bien entro en un impase reflexivo a finales de 2012, ahora siento que este receso ha permitido la maduración, ha evolucionado hasta producir nuevos frutos, retomar temas anteriormente abiertos e iniciar otros nuevos, por lo que me atrevo a elevar esta cometa al cielo en representación de estas nuevas ideas que traen nuevas reflexiones y contribuciones que desean ver la luz. Nuevo impulso al que conviene este signo y este medio.

De este modo queda renovado nuestro compromiso para seguir aportando reflexiones e ideas a este blog, al menos con carácter mensual, veremos si el compromiso se puede mantener, nuestra cometa así lo apoya.

Una cometa elevándose en el cielo, una cometa que es fuente de alegría e ilusión, también transporta este mensaje: “Compartir para Crecer – Compartir para Ser”.

Así es mi intención compartir lo que para mí ha sido y es de valor y recibir todo aquello que se me ofrezca, seguro que para ti es de valor y para mí lo será. No tenemos un gran Maestro, el Padre nos abandono hace tiempo, o quizá lo matamos, ¿quién sabe?, pero ahora el nosotros constituye el gran Maestro, seguro que nos aporta un valioso conocimiento, por eso esta cometa que se eleva es una señal para constituir este nosotros magistral, quien quiera unirse es bien venido, ya porque tome en su mano el "cabito" de nuestra cometa, ya porque acerque su propia cometa, todas juntas elevándose serán el signo del nosotros psicodramático en el que compartir es fuerza y seguridad para continuar el camino o para seguir elevándose.

Pero… ¿qué cabe compartir aquí?

Caben emociones, caben experiencias, también caben ideas y ejemplos, caben reflexiones y propuestas técnicas… cabe todo lo que cabe en el universo psicodramático: la vida misma en todo su ser.