martes, 26 de junio de 2012

Seminario de Psicodrama Transgeneracional.

Una muy grata experiencia.
Sábado 12 de mayo y Domingo 13 de 2012.
Tenemos el placer de participar en el Seminario de Psicodrama Transgenracional que realiza en Madrid, Manuela Maciel, Directora de Psicodrama y Conductora de grupos desde hace 20 años. Formada en Psicogenealogía con la Profesora Anne Ancelin Schutzenberge.
En el Psicodrama Transgeneracional se trabaja con el coinconsciente familiar (J.L Moreno), las lealtades invisibles (Boszormenyi Nagy) y  los modelos repetitivos resultantes de tareas inconclusas del pasado (Zeigernick). (Nota tomada del programa difundido por las escuelas de Psicodrama Simbólico, y de Psicoterapia y Psicodrama, a quienes agradecemos la organización del seminario.)
Contando con la autorización de Manuela Maciel, queremos mostrar nuestra experiencia en seminario que indudablemente fue gratificante y enriquecedora.
El aspecto del seminario que más llamó nuestra atención fue la introducción en la técnica psicodramática de los Auxiliares Incognitos que seguidamente queremos comentar.
La técnica de los Auxiliares Incognitos se basa en el inicio simbólico de la dramatización mediante la conformación de la situación psicodramática de partida mediante un conjunto de Auxiliares cada uno de los cuales desconoce el rol que representa de tal modo que su actuación se rige exclusivamente por su vivencia emocional y la resonancia que la configuración del escenario le trasmite.
Habitualmente, se comienza con una fase de entrevista a la protagonista amplia y profunda. En la entrevista la protagonista describe el conflicto sobre el que desea trabajar, habitualmente será una configuración familiar, en la que serán presentados los diferentes grados familiares expresando no solo los vínculos familiares si no, también, los emocionales, tanto con el protagonista, como entre los diferentes familiares vinculados entre sí.
Toda esta fase de entrevista cumple, en sí misma, una etapa de caldeamiento, tanto para el protagonista, como para el grupo participante y de entre ellos quienes serán los auxiliares incognitos.
A la conclusión de la fase de entrevista, la protagonista junto a la directora deciden los Auxiliares Incognitos que comenzarán la escenificación. Conjuntamente elaboran la lista de roles y auxiliares que representará cada uno de ellos.
Seguidamente, se inicia la preparación de la escena, es el protagonista quien mediante un ritual de activación psicodramática, no verbal, introduce y sitúa en la escena a cada uno de los Auxiliares Incógnitos, cuidando de no comunicar en ningún modo nada sobre el rol que deben desempeñar.
Una vez incorporados todos los auxiliares se inicia la fase creativa, espontanea, en la cual cada Auxiliar actúa desde su posición inicial tal y como siente que la escena se lo inspira. Esta actuación inicial es completamente libre y espontánea, pudiendo darse tanto interacción espacial, como de contacto, verbal o no verbal. En esta fase se hacen evidentes las relaciones invisibles entre los auxiliares que demuestran tener un gran valor simbólico en relación con la escena latente que el protagonista trae.
De la fase de acción espontanea, en el momento apropiado, se pasa a la fase psicodramática propiamente dicha, conducida por el director del psicodrama. En esta fase se puede comenzar pidiendo a cada Auxiliar Incognito que exprese su acción y emociones sentidas en la actuación inicial. Cada uno de ellos aportará su compresión de la situación y la vivencia percibida de los demás participantes, esta expresión, aún desde los roles desconocidos, puede ser muy inspiradora y tener una enorme fuerza para el protagonista, quien en este momento pude comenzar a expresar como se siente, en relación con cada auxiliar.
A partir de este momento se comienza  a manifestar el potencial terapéutico del psicodrama en curso, inspirando al protagonista los ajustes de rol adecuados en relación con cada auxiliar y rol participante.
Conforme avanza la acción a través de la interacción del protagonista con los diferentes roles, se comenzará a hacer evidente el rol desempeñado por cada Auxiliar Incognito. Cuando la acción de modo natural lo hace conveniente se va informando a los Auxiliares del rol del que son portadores. A partir de este momento la escena psicodramática continua siguiendo la técnica del psicodrama tradicional, incluso abriendo nuevas escenas si el proceso terapéutico así lo requiere.
Tras haber experimentado esta modalidad, nueva para nosotros, hemos podido comprobar la potencia adicional que la fase Incógnita aporta, permitiendo una expresión desde lo simbólico que de otro modo es más difícil de alcanzar. Para nosotros, ha sido una experiencia muy interesante pensamos que es una técnica innovadora que, especialmente en el tratamiento de conflictos familiares, puede resultar muy útil para favorecer que el protagonista salga de la visión, habitualmente racionalizada, de sus roles familiares.
Finalmente, nuestro agradecimiento y afectuoso abrazo a Manuela Maciel por la estimulante y gratificante experiencia que nos brindo.